Muchas gracias. Está todo dicho y muy bien dicho. Visto y oído que todo se ha precipitado, me voy a limitar a lo que corresponde a un periodista: leerles a Vds. la columna que hoy firmo en el diario La Vanguardia porque considero que pone el asunto en suerte. Se titula “Expectativas y actitudes” y dice así:
“Las pancartas que íbamos a mantener, impasible el ademán, acabamos por descolgarlas para evitarnos el espectáculo de que lo hicieran los Mossos. Pasan los días y todo son arengas incitando al paro de país y a las desobediencias convocadas por las instituciones. Y así cunde el desconcierto sobre lo que pueda sobrevenir como respuesta a las sentencias inminentes.
Insistía Javier Pradera en que las actitudes se configuran en función de las expectativas. Y está comprobada la tendencia generalizada de acudir raudos en socorro del vencedor. Chaves Nogales describió el fenómeno de los denominados resistentes del 25 de agosto, y cómo todos aquellos que habían encontrado un modus vivendi provechoso con los ocupantes nazis, una vez liberado París, hicieron los ejercicios de travestismo convenientes para presentarse como resistentes. Entre nosotros también fue asombroso el número de valerosos antifranquistas que surgieron una vez sepultado el general Franco en la basílica del Valle de los Caídos.
El itinerario del procés refleja también estas alternativas de cautelas y entusiasmos. Cuando lo de “Francisco Franco Caudillo de España, responsable ante Dios y ante la Historia”, parecía dotado de perennidad ilimitada, la directiva del Club de Fútbol Barcelona, le hizo entrega de sus más preciadas distinciones que sólo ahora, ochenta años después, se ha atrevido a retirarle. De modo que, en algún momento, alguien deberá aclarar que todos los asuntos y todas las guerras que dividieron a España dividieron del mismo modo a Cataluña, desde la guerra de sucesión hasta la guerra civil.
En su intervención el 3 de octubre de 2017 el Rey Felipe VI señaló la deslealtad como origen del problema, dijo a los catalanes “no estáis solos” porque ninguno de ellos puede ser dejado en el desamparo sin protección a sus derechos y libertades, y aseguró que las instituciones cumplirían sus deberes. Dos años después, cuando se haga pública la sentencia del procés, esas palabras deberán seguir vigentes. Pío Cabanillas ahorrándose pronósticos sostenía ‘vamos a ganar, todavía no sabemos quiénes’. En cuanto lo sepamos, vendrán las adhesiones”.
Muchas gracias por su atención. Me parecía que era mejor dar unas notas del ambiente que rodea la entrega de esta XVII edición del premio Diario Madrid en vez de permanecer ajenos a lo que está sonando en la calle o volver a desgranar lo que ya se lleva dicho con interés y acierto en las intervenciones precedentes. De manera que, solo recomendarte, querido Francesc, el telegrama que he dirigido esta misma mañana en el Informativo Hora 14 de la Cadena SER a tu querido Albert Rivera, donde le digo que, por favor, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida y el favor de los electores y que concluye: “inspírese en lecturas con verdadero valor. Por ejemplo, con el poema Melancolía del destierro de nuestro amigo José Ángel Valente que empieza así:
“Lo peor es creer
que se tiene razón por haberla tenido
o esperar que la historia devane los relojes
y nos devuelva intactos al tiempo en que quisiéramos
que todo comenzase.
Pues ni antes ni después existe ese comienzo
Y el presente es su negación y tú su fruto,
hermano consumido en habitar tu sombra.”
Ahora tiene la palabra Rosa Cullell, que viene de hacer un trabajo de primera en Portugal al frente de Media Capital y que acaba de reintegrarse a nuestro país. Le agradecemos que haya aceptado la encomienda de ponderar los méritos que concurren en Francesc de Carreras.