Futbolistas muestran su apoyo al dictador, Francisco Franco
Futbolistas muestran su apoyo al dictador, Francisco Franco

Cosa de Montescos y Capuletos

El periodista deportivo Alfredo Relaño aprovechó su espacio en la edición conmemorativa del 50 aniversario de la orden de cierre al diario MADRID para recordar la figura de Cuco Cerecedo y su forma de entender -y escribir- sobre fútbol

No es fácil escribir bien de fútbol. Digo bien y con respeto al fútbol. Contando el fútbol, escarbando en sus sensibilidades con devoción y humor, respetando al aficionado, entrando en su magia, su ciencia, su absurdo y su comicidad sin romper nada, admitiendo como buena la gran verdad: que no hay nada más importante mientras el partido se juega, pero que una vez terminado nada ha cambiado. Ni nos bajan los impuestos ni nos vuelven los cabellos caídos.

Comparto con Cuco Cerecedo – al que nunca llegué a conocer sino por sus artículos y por los testimonios entregados por quienes sí lo hicieron – todo mi ideario futbolístico. Cuando habla bien de Velázquez, de los extremos, de Enrique Collar, de Amancio, de aquel Luis que marcaba goles en el Manzanares, pienso que me hubiera gustado estar sentado junto a él en todos aquellos partidos, para compartir esas filias y para aprender de sus conceptos. Y también para compartir las fobias: contra los linieres «con espíritu de líder», contra los que por entonces empezaban a exterminar los extremos y hoy puede decirse que lo han conseguido, contra los que buscan sistemáticamente el empate, «que es como desear que el partido no se juegue», y contra los «corrompidos por su gloria personal».

Lo que escribió Cuco es la historia del fútbol de siempre. Como escribir de fútbol no es fácil se ayudó lo mismo de Von Braun que de Jorge Manrique, de Gregorio Marañón que de Díaz Cañabate, de Massiel que de Aquiles, de sir Lawrence Olivier que de Samuel Bronston, de Carlos Oroza que de Onassi, de Calderón que de Solana.

El fútbol es un universo en sí mismo, una cuestión de Montescos y Capuletos, o de las culturas verdes contra las culturas pardas. Pero sobre todo es una cuestión de atrevimiento, de imaginación, de riesgo, de aventura. Como lo es el fútbol de la Copa, el que a él le gustaba y a mí me sigue gustando, frente al lento paseo monótono de la Liga. El fútbol es fuerza, genio y clase individual, no es táctica de vencidos, táctica vencida.

Alfredo Relaño

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