Moncho Goicoechea: claridad sin saña

Antonio Fontán habla sobre el humorista gráfico Moncho Goicoechea en la edición conmemorativa publicada 50 años después de la orden de cierre al diario MADRID

A Moncho Goicoechea (José Ramón López Goicoechea) se le veía poco en la redacción, porque solía enviar sus artículos desde fuera y porque no le interesaba nada esa rutinaria máquina de llenar papel que es un diario. Era un hombre del norte -navarro- atípico, ingenioso, chispeante, y a la vez tremendamente serio. Era de izquierdas y no sé si cuando empezó a publicar en el MADRID, o quizá antes, se creía que militaba, quizá sin afiliación por esas zonas políticamente cada vez más concurridas en aquellos tiempos. Vino al periódico en el 68 y siguió escribiendo hasta el final en el 71. Quizá algunos de nosotros les parecíamos unos «reaccionarios» liberales. Los conflictos con el ministerio no le alcanzaron. Él era listo y hábil, además de excelente escritor, rico en recursos. A veces sus «columnas eran dialogadas y siempre estaban impregnadas de gracia y de intención.

Moncho cultivaba una crítica sociológica y política de actualidad. Los problemas de España y la insuficiencia de las respuestas que se daban a ellos desde el poder quedaba claramente puesta de manifiesto con divertida claridad pero sin saña. Podría decirse que ponía en práctica el adagio latino «parcere homines, dicere de vitiis», que todo el mundo entiende sin necesidad de traducción al castellano. La suya era una escritura moderna, y muy de la calle. Los diálogos eran hablados y los rasgos de humor nunca pesados ni empalagosos. Pero uno de los más visible y salientes rasgos de sus artículos, era el realismo y la actualidad de los asuntos y de su tratamiento. El criptolenguaje de la política de la época, las cuestiones estudiantiles que se planteaban a unas generaciones nuevas, la necesidad de la europeización, los problemas internacionales, la modernidad que se entraba a este país por el turismo y las salidas al exterior, la débil e incompleta apertura informativa, etc.

Las columnas de Goicoechea constituyen una galería de retratos de la sociedad española y de la necesidad de los cambios que los españoles más lúcidos consideraban urgentes. Muchas de las cosas que se reflejan en sus artículos podrían servir de documentación sociológica a los estudios de la España de aquella segunda mitad del decenio setenta de nuestro pasado siglo XX.

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