EL RECTORADO DE LA UNIVERSIDAD DE MADRID, SORPRENDIDO POR LA ACTITUD DEL DOCTOR LWOFF
El rectorado de la Universidad de Madrid ha facilitado la siguiente nota: «El profesor André Lwoff ha hecho, al parecer, unas declaraciones a la Prensa en París, en las que da conocer su decisión de renunciar al grado de doctor «honoris causa» por la Universidad de Madrid. En relación con estas declaraciones, consideramos oportuno informar que por acuerdo de la Junta de la Facultad de Ciencias de 2 de junio de 1967 se elevó a la superioridad la correspondiente propuesta para su tramitación reglamentaria. Previamente se había comunicado al profesor Lwoff la intención de proceder a este acuerdo, recibiéndose una carta suya en la que comunicaba: «Je l´accepte avec grand plaisir et beaucoup de gratitude. Puis je vous de mander d’etre mon interprete et de vouloir bien exprimiter ma reconnaissance a vos collegues?»
En análogo sentido se recibió otra comunicación de fecha 15 de enero último, en la que se insistía por parte del profesor Lwoff en «su aceptación y deseo de ser investido doctor «honoris causa» de la Universidad de Madrid , distinción que considera un honor para él». Ahora cuando la propuesta sigue sus trámites reglamentarios y sin que se le haya enviado ninguna nueva comunicación ni oficial ni privada por parte de la Universidad, nos vemos sorprendidos por esta noticia de Prensa, que de ser cierta supondría un cambio en la actitud del profesor Lwoff. Madrid, 14 de febrero de 1968″ Europa Press.
En relación con la noticia a que hace referencia la anterior nota del rectorado, el diario parisiense «Le Monde», en su edición del pasado día 8 de febrero, transcribía el siguiente comunicado el profesor André Lwoff:: «El ministro de Educación Nacional del Gobierno español ha anunciado que Jacques Mohod y yo íbamos a ser nombrados doctores «honoris causa» de la Universidad de Madrid. En el mes de marzo de 1.967 nuestro agregado científico en Madrid me preguntó si aceptaría eventualmente esta distinción. Mi colega Jacques Monod fue igualmente consultado. Nosotros hemos estimado que el problema debería ser discutido. El Gobierno de un país es una cosa; la Universidad, otra. En nuestro espíritu, la Universidad es un Cuerpo autónomo e independiente. Nuestros colegas madrileños y sus alumnos luchan con ánimo para preservar esta autonomía y esta independencia. Aun si nuestra presencia no pudiese aportar a los que luchan más que una ayuda moral, hubiéramos estimado que debíamos estar entre ellos».
Dicho esto, nosotros comprobamos que el conflicto entre el Gobierno y la Universidad ha entrado en una fase aguda. Profesores y estudiantes continúan el combate por las libertades elementales sin las cuales no existe la Universidad. Los profesores son revocados o dimitidos, los estudiantes son detenidos o encarcelados. La Universidad está bajo el control de la Policía. En otros términos, no hay Universidad.
Es por esto que el 2 de febrero, antes de la partida de Jacques Monod, para los Estados Unidos, hemos reconsiderado de nuevo la situación, y nos ha parecido que se había hecho imposible aceptar un doctorado «honoris causa» en las circunstancias actuales.
Todavía no hemos recibido ningún documento oficial de la Universidad de Madrid, pero daremos parte de nuestra decisión a las autoridades competentes cuando nos hagan conocer su decisión de otra forma que a través de la Prensa.
«Jacques Monod, ausente de París, no ha podido leer este texto, pero yo sé que aprueba su espíritu.»
